jueves, 23 de diciembre de 2010

A Sangre y Fuego: Quinta Crónica

La compañía se ve salvada de su "cautiverio" en el palacio del Rey Gallehand por medio de Skaref, el archimago del Monte Nilvennore, que requiere de sus servicios, para ayudar a la Orden de la Magia;algo a lo que ni el Prelado Denarius, ni el mismo Rey osarían negarse.
 Una vez en el monte Nilvennore, El anciano Eladrim y un par de Miembros de La Orden, les comunican que están ocurriendo hechos sin precedentes en las denominadas "Tierras secas", llamadas así desde el expolio de círculos de ignatita, que llevo a la imposibilidad de practicar la magia arcana en esas tierras. Según parece ha surgido una nueva Iglesia en la ciudad de Faenrys, seguidores del Dios Haurim, el cual además de curar las enfermedades puede otorgar a sus seguidores magia arcana. la Orden ha enviado a varios investigadores, pero algunos no han regresado aun, de forma que estarian interesados en enviar a los miembros de la compañia para investigar la nueva iglesia de Haurim , "el dios verdadero y único", y su relación con la magia arcana y de tratarse de un uso fraudulento de ignatita, como sospechan, darle fin contundentemente.
Teleportados lo mas cerca posible de Puerto Faenrys, la compañía llega en barco a la ciudad de las terrazas, llamada así por su disposición en terrazas escalonadas, vestigio de la antigua cantera donde se erigió la prospera ciudad conocida como Puerto Faenrys. En la ciudad se enteran de que La iglesia de Haurim es la única iglesia de la ciudad, que lleva casi un año predicando su palabra y que  fue desde la llegada de los Ettins de la compañía bicéfala, cuando  cobró importancia, ya que ellos son los primeros beneficiados por el favor de su dios. Investigando por distintas posadas y burdeles, recabando información, se enteran de que por una parte la iglesia de Haurim es venerada por estar acabando con La Peste que desde hace unos meses asola la ciudad, la cual ha dejado numerosas viviendas clausuradas en "cuarentena" perenne, con sus integrantes infectados o no  abandonados a sus suerte y por otra parte de que los ettins consiguieron su fama en la ciudad liberando los paramos de la viuda de goblins y bandidos, tras lo cual ingresaron en la iglesia de Haurim. No escapa al experto escrutinio de los mercenarios de la compañía que estos incidentes deben estar relacionados, así que se disponen a explorar los paramos de la viuda.

1 comentario:

  1. Tras enfrentarnos, en los páramos con criaturas atroces, conseguimos excabar una entrada en los túmulos. Expoliamos como buenos saqueadores que somos y abandonamos los túmulos. Por desgracia, una maldición impregnaba el tesoro del muerto y tubimos algunos percances para librarnos de ella.
    Creo que fue aquí donde terminamos la mítica partida que nos costó sangre y fuego.
    Gastón

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